En el vasto universo de las técnicas de manifestación, donde la visualización y la afirmación resuenan con fuerza, emerge un método intrigante y sutil: el método del susurro. Esta práctica, envuelta en un aura de misterio y sencillez, se centra en la siembra silenciosa de nuestros deseos en la conciencia de otra persona, con la creencia de que esto, a su vez, influirá en la realidad para que nuestros anhelos se materialicen.
El núcleo del método del susurro radica en la premisa de que la realidad es maleable y está interconectada a través de la conciencia colectiva. Al dirigir nuestras intenciones de forma específica y cargada emocionalmente hacia la mente subconsciente de un “objetivo” (la persona cuya influencia o acción deseamos), se busca crear una resonancia vibratoria que impulse a esa persona a actuar o pensar de manera alineada con nuestro deseo.
¿Cómo funciona el método del susurro?
El proceso generalmente implica los siguientes pasos:
Claridad del Deseo: El primer paso crucial es definir con precisión qué se desea manifestar. Cuanto más específico y vívido sea el deseo, más potente será la energía que se proyecta.
Selección del “Objetivo”: Se elige a la persona cuya acción o influencia es clave para la manifestación del deseo. No es necesario que esta persona esté al tanto de la práctica.
Estado de Relajación: Se busca un estado mental tranquilo y receptivo, similar al que se alcanza durante la meditación o justo antes de dormir. Este estado facilita la conexión con el subconsciente.
Visualización e Intención: Se visualiza intensamente el escenario deseado como si ya se hubiera manifestado. Se experimentan las emociones asociadas a ese logro. Al mismo tiempo, se enfoca la intención de comunicar ese deseo al subconsciente del “objetivo”.
El “Susurro Mental”: En este estado de concentración, se “envía” mentalmente el deseo al “objetivo”. Esto no implica una comunicación verbal o telepática directa consciente. Más bien, se trata de una proyección de la intención cargada emocionalmente, como si se estuviera susurrando la realidad deseada al subconsciente de la otra persona. Se pueden utilizar frases cortas y poderosas que encapsulen el deseo.
Liberación y Confianza: Una vez realizada la “transmisión”, es fundamental soltar la necesidad de controlar el resultado y confiar en el proceso. La obsesión o la duda pueden obstaculizar la manifestación.
Esto es lo que se dice sobre este método de manifestación
Aunque la ciencia convencional no respalda directamente el método del susurro, existen diversas interpretaciones desde perspectivas metafísicas y psicológicas:
- Conciencia Colectiva: Desde una perspectiva metafísica, se postula que existe un campo de conciencia unificado donde los pensamientos y las emociones pueden influirse mutuamente a un nivel subconsciente.
- Ley de la Asunción: Basada en las enseñanzas de Neville Goddard, esta perspectiva sugiere que la realidad se moldea por nuestras asunciones. Al asumir que el “objetivo” actuará de cierta manera, se crea una realidad que refleja esa asunción.
- Enfoque y Energía: Desde una perspectiva psicológica, el acto de enfocar intensamente un deseo y dirigir la intención hacia una persona puede influir sutilmente en nuestras propias acciones y percepciones, llevándonos a tomar decisiones que faciliten la manifestación. Además, la energía emocional invertida en el proceso puede generar un cambio en nuestra propia vibración, atrayendo circunstancias alineadas con nuestro deseo.
El método del susurro, aunque pueda parecer simple, requiere concentración, intención clara y una dosis de fe. Al cultivar la creencia en el poder de la mente y la interconexión de la conciencia, esta técnica ofrece una vía sutil pero potencialmente poderosa para influir en nuestra realidad y manifestar nuestros anhelos. Como con cualquier práctica de manifestación, la paciencia y la persistencia son clave para observar resultados.
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