Si bien, Baja California tiene un sinfín de historias y leyendas urbanas, pero hay algunas que prácticamente todos hemos escuchado en sus diferentes versiones y que no importa la edad que tengas, siguen causando escalofríos.
Por eso aquí te traemos algunas de las leyendas más icónicas del estado.
La mujer que bailó con el diablo
Esta historia ocurrió en Tijuana en el año 1990 y hasta la fecha, la población que vivía en la ciudad en ese entonces, asegura que el caso fue muy sonado y tenían miedo de salir de casa.
Los hechos ocurrieron en el bar Aloha, ubicado entre la calle segunda y tercera de la Avenida Revolución, un viernes santo.
El día se puso extraño desde que el cielo empezó a oscurecerse cuando aún era temprano y de pronto ya no había luz del sol.
Una joven que era reprimida por su familia, decidió que esa noche saldría de fiesta, aunque sus papás le dijeron que no por ser viernes santo, pero a ella no le importó y acudió al conocido bar Aloha.
Testigos que se encontraban en el bar, cuentan que la joven afirmó que esa noche bailaría, de ser preciso, hasta con el mismísimo diablo. Su petición fue escuchada y al instante, un atractivo y elegante joven entró al bar y de inmediato centró su mirada en ella.
Luego de pedir algunas bebidas y entablar una conversación con la joven, la invitó a bailar, pero antes le advirtió que no le viera los pies, sin darle ninguna razón.
La joven aceptó, pues el sujeto era encantador y había captado su atención, así que empezaron a bailar.
De inmediato, la pareja se volvió en el centro de atención, al mismo tiempo que todo el ambiente se impregnó de un olor a azufre y empezó a salir humo de los pies del hombre.
La pareja daba vueltas cada vez más rápido y de un momento a otro, comenzaron a elevarse, por lo que la joven se espantó, volteó hacia abajo y vió los pies del hombre, pero se dio cuenta de que no eran pies normales, eran una especie de patas de cabra con garras.
En cuanto la joven vio sus pies, los testigos aseguran que se escuchó una explosión y que la muchacha cayó al suelo desmayada y el hombre desapareció.
Las personas que presenciaron todo, no encontraron explicación alguna y simplemente aseguraron que la joven bailó con el diablo, luego de retarlo a bailar con ella.
La mujer murió y el bar Aloha se prendió en llamas, por lo que desapareció por completo y hasta la fecha, se sigue hablando de aquella noche en que una mujer bailó con el diablo y el famoso bar Aloha se incendió.
La bailarina sin cabeza
Otra de las icónicas leyendas de Tijuana, es la de la bailarina o la faraona del casino de Agua Caliente.
A mediados del siglo pasado, la ciudad de Tijuana se encontraba en pleno apogeo con muchísimo turismo internacional, en su mayoría proveniente de Estados Unidos.
En estos tiempos se construyó el legendario casino Agua Caliente, dentro de un complejo donde había un hipódromo, galgódromo, hotel, bungalows y hasta campo de golf.
Esto se encontraba donde ahora está la Preparatoria Federal Lázaro Cárdenas y hasta la fecha, aún hay estructuras del antiguo casino y las viejas casas de los bungalows.
Durante este tiempo, en Estados Unidos había una ley que prohibía el alcohol y los juegos de azar y apuestas, por lo que cruzaban a Tijuana para ir al casino Agua Caliente y divertirse un rato.
Muchos iban exclusivamente para ver a una bailarina en especial, a la cual se le conocía como la “Faraona” y era la joven más hermosa que trabajaba en el casino y además de encantar a todos con sus bailes, tenía el “don” de darle suerte a los jugadores.
Cuando los hacía ganar, los hombres la recompensaban con lujosos regalos, collares de diamantes y mucho dinero en efectivo, por lo que la Faraona estaba creando una gran fortuna.
Se dice que la joven bailarina se enamoró de un hombre inglés, quien la ayudó a hacer crecer su fortuna, aunque el hombre solo la utilizaba por dinero.
Un día, la Faraona se dio cuenta de esto y de que él realmente no la amaba, así que decidió esconder toda su fortuna. La bailarina se levantó a media noche, se aseguró que el hombre estuviera profundamente dormido y sacó todas sus riquezas del lugar donde vivían y escondió el cofre cerca de el Minarete, dentro del mismo casino.
Cuando ella regresa en medio de la noche, el hombre había hecho un desastre en el lugar y estaba enfurecido porque no encontraba el tesoro, en ese momento toma a la Faraona y empieza a violentarla para que le dijera dónde había escondido la fortuna.
No se sabe con exactitud qué fue lo que le pasó, se dice que la degolló que le disparó en la cabeza y es por eso que se conoce como “la bailarina sin cabeza”.
Años después, el casino dejó de funcionar y por más que hubo personas que intentaron buscar el tesoro, nunca lo encontraron.
Ahora en ese lugar se encuentra la escuela Lázaro Cárdenas y se mantiene El Minarete, donde muchos alumnos y docentes han asegurado que durante las noches, se puede ver a una mujer bailando sin tocar el suelo y no se le puede ver la cara. Se cree que es la Faraona protegiendo que nadie se lleve su fortuna.