Las cataratas de sangre en la Antártida fueron descubiertas durante una expedición británica en 1911, desde entonces no se conocía la razón por la que se pintaba de rojo el hielo del glaciar.
Un siglo después, la comunidad científica que realizó exhaustivas investigaciones han podido determinar el origen de las “blood falls”, como también se conocen a las cascadas de sangre que emergen de un enorme glaciar en la Antártida.
Este extraño fenómeno que sale del glaciar sucede en la parte más remota del planeta, en la Antártida Oriental, una región recóndita con extremas temperaturas bajo cero, por lo que la expedición del australiano Griffith Taylor fue importante y se le puso su nombre al glaciar en 1911, año en que lo descubrió.
Investigación de las cascadas de sangre en la Antártida
Sin embargo, recientes estudios de la Universidad Johns Hopkins dieron a conocer la investigación de un científico de Ciencia e Ingeniería de Materiales de la Escuela Whiting quien reveló el por qué el glaciar se tiñe con una sustancia del color de la sangre.
El experto analizó la composición de dicho fluido color rojo mediante la toma de muestras del agua de las cataratas de sangre, según cita la revista National Geographic.
Also known as Blood Falls, it was first discovered in 1911 by a British expedition #TaylorGlacier #Antarctica pic.twitter.com/o6H8BWb9Oz
— M (@DailyQuizWithM) July 8, 2023
Entre sus descubrimientos está que debajo de la gruesa capa de hielo del glaciar habita un sistema muy arcaico de organismos que han sobrevivido a través del tiempo.
Lo más curioso es que la sustancia de color rojo se debe a la presencia de fragmentos de hierro, un mineral esencial que, al oxidarse, tiñe el agua de un color rojo como el de la sangre.
Pese a esta explicación, todavía las cascadas de sangre en el glaciar Griffith Taylor dan mucho qué pensar.
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