Los niños y las niñas atraviesan por diferentes etapas en su desarrollo psicológico y social conforme crecen.
Una de esas fases sucede a partir de los 3 años de edad, cuando, en este caso la niña prefiere pasar más tiempo con papá que con mamá, lo busca, lo espera, prefiere jugar con él.
Hasta este momento, los niños no han desarrollado un instinto sexual sino que sienten un cariño especial por las personas que admiran, como sus progenitores o tutores.
Si es niña, suele sentirse mejor en compañía de su padre. Si es niño, éste suele sentirse mejor con mamá. Hay algo de idilio y de enamoramiento en estos vínculos que los niños descubren.
El psiquiatra Sigmund Freud, conocido como padre del psiconanálisis, explica sobre el desarrollo psicosexual de los infantes a esta edad.
Cuando la niña es capaz de ver en su papá y en su mamá a una pareja que la protege y cuida, entonces ella busca tener lo mismo porque primero se identifica como mujer y piensa que puede tener lo mismo que mamá, es decir, tener a papá.
De ahí que a veces la niña tenga celos cuando ve a su papá abrazar a mamá, y entonces busca la forma de acercarse más a él.
Es importante decir aquí que no hay por qué competir por el cariño de papá o de mamá. Hay que entender que esos sentimientos son propios de la madurez infantil y, por tanto, son temporales.
De acuerdo con Freud, este tipo de asociación se denomina “Complejo de Electra”, del cual casi no se escucha o lee, pero que es similar al “Complejo de Edipo” (cuando el niño “se enamora” de la madre).
Psicólogos dicen que estas etapas deben vivirse con naturalidad sin llegar a ridiculizar a alguno de los involucrados.
Esta etapa infantil cumple una función en el desarrollo psicosexual de la niña, le permite darse cuenta de su individualidad, es decir, se da cuenta que es un ser a parte de sus padres.
Así como se da cuenta de la distinción de los géneros, es aquí cuando la niña puede imitar a su madre por querer tener la atención del padre.