Los chamanes son parte de la historia de México y hasta la fecha no ha habido otra como Pachita, la curandera que vivía en la Ciudad de México, cuyo consultorio era en una habitación con un catre.
Miles de personas pusieron su salud en las manos de Pachita, incluso viajaban desde otras partes para que ella los revisara.
Curaba a las personas con rezos
Pachita utilizaba diferentes métodos para curar a las personas, antes de realizar el proceso de curación, rezaba oraciones y después hacía cortes en las personas con un cuchillo para cocinar.
Nunca utilizó anestesia y llegó a extirpar tumores y a hacer cirugías de corazón abierto, al final de la curación, solo los vendaba con la misma venda que el paciente debía traer y solo les pedía que reposaran unos días.
También les pedía que hicieran algunos rezos y a veces les daba infusiones medicinales para que se curaran.
Nunca se supo públicamente de alguna persona que haya perdido la vida o no se haya curado gracias a la ayuda de Pachita, para quienes no tenían salvación, incluso los ayudaba a morir pacíficamente.
¿Quién era la chamana Pachita?
Pachita se llamaba Bárbara Guerrero, nacida en Chihuahua en 1900, sus papás la abandonaron y un africano llamado Charles, fue quien se encargó de cuidar a Pachita y de enseñarle todo lo que sabía de los procesos de curación.
La primera curación que hizo fue al elefante de un circo que se había instalado cerca de donde ella vivía, de acuerdo con Pachita, el elefante estaba enfermo y algo la motivó a sanarlo.
A partir de ahí, la gente comenzó a verla como una curandera y empezaron a buscarla para que los ayudara a sanar.
Pachita fue investigada por varios científicos y expertos en psicología, muchas personas escribieron sobre ella y no se explicaban cómo es que podía curar a las personas.
La curandera murió en 1979 y hasta la fecha se desconoce el misterio de sus dones de curación, incluso cuando murió cuentan que su cuerpo duró tres días caliente y sin descomponerse en la morgue.