Los hechos ocurrieron en Utah, Estados Unidos, donde un menor de 2 años recibió un disparo de una bala perdida en la guardería llamada Leap Ahead, mientras estaba bajo el cuidado de dos adultos.
De acuerdo con la información, los adultos encargados se dieron cuenta de que uno de los niños tropezó y cuando cayó al suelo se percataron de que le estaba saliendo sangre de la cara.
Rápidamente dieron aviso a sus padres, pues tanto los encargados como los papás, creyeron que solo tenía un golpe en la cara y lo llevaron a un hospital.
Se dieron cuenta de que era un disparo
Una vez que llegaron al hospital, los médicos se dieron cuenta de que el niño había recibido un disparo por arma de fuego, lo que presuntamente habría sido una bala perdida.
Los médicos hicieron una revisión y aseguraron que el niño se encontraba estable y que era mejor no remover la bala de la cabeza , pues sería mucho más riesgoso someterlo a una cirugía, así que decidieron que por el momento la dejarían ahí.
Asimismo, dieron aviso a la policía, quienes iniciaron una investigación al respecto, para determinar qué fue lo que sucedió, acudieron a la guardería donde encontraron un hoyo hecho por una bala, justo en el área donde los menores estaban jugando.
Pero los trabajadores de la guardería aseguraron que no escucharon disparos o sonidos similares, sin embargo, un hombre había estado disparando muy cerca de los terrenos donde está la guardería.
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