Sarah Sands, la madre apuñaló y asesinó a su vecino de 77 años, luego de que quedara en libertad, tras haber abusado sexualmente de sus tres hijos.
Los hechos ocurrieron en Reino Unido hace ocho años, sin embargo, hoy Sarah Sands está en libertad y en una entrevista dio a conocer los detalles sobre cómo sintió que no tuvo opción y que hasta el momento no se arrepiente de lo que hizo.
Sarah es mamá soltera de tres hombres, Bradley y unos gemelos, ella era buena amiga de Michael Pleasted, su vecino de 77 años, quien se mostró muy amigable con ella en un principio y luego aprovechó para abusar de los niños .
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Lo consideraba un modelo a seguir
Sarah dijo que cuando conoció a su vecino, lo consideraba su amigo y hasta un ejemplo a seguir, ella lo cuidaba, lo acompañaba y hasta llegó a cocinar para él.
Un día, Michael le pidió a Sarah que si su hijo mayor Bradley, quien en ese entonces tenía 12 años, podía ayudarlo a clasificar los periódicos, fue así como a través de Bradley, el hombre conoció también a los gemelos.
La mujer no entró en detalles sobre cómo y cuándo ocurrió el abuso, sin embargo, dijo que su vecino abusó sexualmente de los tres y que ella se enteró porque sus hijos le dijeron.
Una vez que la mamá tuvo conocimiento, hizo la denuncia, los niños tuvieron que ir a testificar a la corte y pagaron un costoso proceso, que finalmente provocó que perdieran su casa.
Todo para que el hombre se declarara inocente y lo dejaran salir bajo fianza antes de poder iniciar el juicio.
Decidió asesinar a su vecino
Semanas después, Sarah se enteró de que el hombre tenía antecedentes de abuso sexual y que había cambiado su identidad luego de haber pagado una condena.
Sin embargo, ni él ni las autoridades tenían la obligación de informarle a la sociedad sobre su pasado como abusador sexual de niños, razón por la cual Sarah se molestó aún más, pues de haberlo sabido, nunca se hubiera acercado a él.
Después de eso, Sarah dijo que no pudo más, estaban por perder la casa y lo que le hicieron a sus hijos había sido muy traumático, así que bebió dos botellas de vino y una pequeña de whisky.
Tomó un cuchillo y fue a casa de su vecino, le tocó la puerta y en cuanto abrió lo apuñaló con fuerza un total de 8 veces y dejó su cuerpo sin vida tendido en la entrada de su casa.
Sarah fue acusada y sentenciada por homicidio involuntario y pasó tres años en prisión por haber asesinado al abusador de sus hijos y ahora se encuentra libre para contar su historia y que se cambien las leyes para que todos tengan derecho a saber cuando alguien tiene historial de abuso sexual.