Una deshidratación es peligrosa para cualquier persona, sin embargo, los niños y los bebés son los más susceptibles a deshidratarse o sufrir un golpe de calor.
De acuerdo con los médicos, las causas más frecuentes de la deshidratación en niños son la diarrea, vómitos y fiebre, sin embargo, cuando el clima comienza a ser más caliente, el riesgo de deshidratarse es mucho mayor.
Estos son algunos de los síntomas de la deshidratación en niños y bebés:
- Boca y lengua secas
- Llanto sin lágrimas
- No mojar los pañales por más de tres horas
- Ojos y mejillas hundidas
- Zona blanda en la parte superior de la cabeza
- Irritabilidad
Es importante asegurarse de que los niños estén tomando suficiente agua durante el día y en la noche, para evitar que se deshidraten, especialmente si están enfermos y tienen vómito y diarrea.
¿Cuándo consultar a un médico?
- Ha tenido diarrea durante 24 horas o más
- Están muy irritables o desorientados, más somnolientos o menos activos que de costumbre.
- No pueden retener ningún líquido.
- Hay sangre en sus heces o son muy oscuras.
Si el menor presenta alguno de estos síntomas, se recomienda llevarlo con un médico de inmediato, pues es probable que necesite un tratamiento especial para hidratarse.
Deshidratación en adultos mayores
Los adultos mayores también son personas muy propensas a deshidratarse por el calor, ya que conforme van creciendo, su retención de líquidos disminuye.
Además, si tienen enfermedades como infección en los pulmones o la vejiga, es mucho más probable que se deshidrate.
En su caso y en el de cualquier persona adulta, es importante estar alerta ante los siguientes síntomas:
- Sed excesiva
- Micción (ganas de ir al baño) menos frecuente
- Orina de color oscuro
- Fatiga
- Mareos
- Confusión
Para evitar la deshidratación, se recomienda tomar mucha agua o líquidos con electrolitos, sobre todo si pasa mucho tiempo bajo el sol, hace actividades físicas o está sudando mucho.
Golpe de calor: ¿Cuáles son los síntomas y qué hacer para evitarlo?
